Cómo abordar una reforma

5. Inicio de la reforma
 

Los primeros días de obra generalmente son de desescombro. Picarán suelos y paredes para dejar todo diáfano. Esos serán los días de más golpes y ruido. Pocas decisiones hay que tomar en esta etapa.

 

 

 

En esta fase conviene ir dándole todas las vueltas posibles a la obra a realizar, porque se nos irán ocurriendo cosas según vayan desescombrando. También aprovecharán para abrir rozas. Si se te ocurre algo que meter por la pared, pide que te abran una roza para ello, ya que es el momento. Ideas para las que puedes necesitar rozas:

– Cablear con RJ-45 todas las habitaciones (si vas a mover muchos datos por la red o ver Matroskas en la tele, es imprescindible).
– Si vas a poner altavoces tipo 5.1, y ya sabes donde va a ir cada altavoz, también puedes irlo metiendo por la pared.
– Si tienes aire acondicionado, puedes querer meter el desagüe por el suelo o por la pared en lugar de que vierta a la calle o a una garrafa.
– Cable telefónico o de datos, siempre es más elegante llevarlo por dentro que por el rodapiés o los marcos de las puertas.

 

6. Electricidad y llaves de luz

Es bastante frecuente que una vez que se decide hacer una obra grande se cambien los cables eléctricos por unos nuevos y con más grosor o apantallamiento, y se añadan puntos de luz …

Parece haber un pacto de precios entre electricistas de manera que el punto de luz lo cobran a 40-45 euros. Punto de luz se considera enchufe, interruptor, lámpara … Es decir, que poner una lámpara en el techo consistiría en 2 puntos de luz (uno para la lámpara y otro para su interruptor). En dicho precio ya debe ir incluida la respectiva roza. Algunos electricistas cobran ese importe con independencia de que en la misma roza vayan cables para 4 enchufes, lo cual no es muy justo. En cualquier caso ese precio lo puedes negociar. Os dejo los precios que nos dieron para que tengáis una referencia:

– Punto de luz: 45 Euros
– Punto de luz conmutado: 90 Euros por punto conmutado (para 2 interruptores, serían 180 Euros)
– Punto de antena: 90 Euros.

Si decides cablear la casa con cable para RJ-45, es buena idea dejar en uno de los tabiques un cajetín para guardar el router y los cables, similar al que suele ponerse para el registro eléctrico a la entrada.

Mi recomendación es que en cada habitación pongas una toma de TV y un zócalo para RJ-45, y aproximadamente un enchufe por pared, para no tener que tirar después alargadores. Las tomas de teléfono son prescindibles, pues con tener una en el salón, luego puedes colocar teléfonos inalámbricos que cumplan la normatica DECT y conectarlos entre ellos, necesitando únicamente un enchufe para cada uno de ellos.

 

7. Baños y tuberías

Si uno cambia los baños, es buen momento para cambiar tuberías suponiendo que estén viejas. Generalmente, es frecuente encontrar con que la bajante de tu edificio pasa por tu cuarto de baño. Si tu segmento de bajante es viejo, mi recomendación es que lo cambies aunque tengas que correr tú con el coste. Si por lo que sea mañana se rompe por ser viejo, aunque la comunidad te cubra el total del arreglo, tendrán que romperte la pared de tu baño y no te compensará el ahorro.

 

8. Las obras continúan pero no avanzan.

En las obras largas, hay un momento en que parece que la obra ya dura mucho pero no avanza. Aunque el jefe de obra te diga que no es así, lo cierto es que es verdad: no avanza. En nuestro caso, era fácil comprobar que algunos de nuestros obreros estaban a varias obras a la vez, lo que hacía que se presentaran a trabajar a medio día o que algunos días directamente no vinieran. Dejando eso aparte, dejar la casa preparada para recibir el nuevo look lleva tiempo, y es verdad que esas tareas son poco agradecidas y da una sensación de que la casa sigue igual día tras día. Si esto continúa por mucho tiempo, lo normal es que hables con el jefe de obra para que te explique el planning que tiene, en qué punto estáis y cuándo está previsto el final.

  

9. Problemas durante las obras


Durante las obras hay problemas. Es normal. Son muchas cosas a cambiar, y sólo por estadística, algunas no quedarán como tú quieres, o algo no estará correctamente ejecutado. Dilo tan pronto lo veas. Dependiendo de lo honesto que sea el jefe de obra lo asumirá o te intentará colar el defecto como una nueva "feature" de tu casa. En este último caso, es posible que intente alegar a su condición de experto para justificarlo (falacia ad vericundiam). Aunque tú no entiendes de ladrillos, tú si sabes cómo quieres que quede. Generalmente un "no se puede hacer" significa un "yo no sé hacerlo". Hoy en día en Internet está todo, así que sin mucha dificultad podrás encontrar y mostrarle algún caso de alguien que haya conseguido hacerlo con éxito.

En este punto, mi consejo es que las discusiones no se tomen como algo personal. El jefe de obra intentará conseguir el mejor margen posible, el obrero intentará no complicarse la vida, y tú debes intentar que cada uno haga su trabajo para que tu casa quede bien. Ahorrarse mosqueos y discusiones conlleva quedarse con una casa diferente (y peor) a cómo te la habías imaginado. Y si vas a pagar un gran dinero por la reforma, lo suyo es que quedes contento.

 

10. Imprevistos y  nuevas peticiones

Según avance la obra y sobre todo, cuando vayas viendo cosas terminadas, te surgirán cosas que no habías previsto. Pídelas, y antes de ejecutarlas, que te digan exactamente cuánto te van a costar. Muchos de los desvíos e incrementos insanos en las obras vienen de los imprevistos que se piden después sin presupuesto previo, lo que puede dar lugar a problemas posteriores. 

En nuestro caso quitamos una puerta cuando ya había terminado todo, porque no tenía razón de ser después de hacer la obra, y quitamos algún conmutado que otro por estar demasiado cerca los puntos de luz.

Piensa en si quieres mover el cajetín eléctrico a un sitio más accesible, si quieres mover el telefonillo automático, si vas a querer algo de domótica, … Generalmente todo es posible, siendo el impedimento principal el coste (alto especialmente en cosas de domótica). Así que haz una lista de todo lo que te gustaría que tuviera tu nueva casa y asígnale puntos a cada cosa. Luego escribe al lado su coste y asígnale una puntuación a dicho coste. Al final terminarás poniendo aquello que te mejore sustancialmente la vida y que no tenga un coste disparatado.

Cosas de domótica que te puede interesar tener:

  • – Persianas eléctricas (muy corrientes hoy en día).
  • – Persianas eléctricas con mando (coste medio).
  • – Control de la luz con mando (coste medio-alto).
  • – Alarma conectada a tu teléfono (coste medio).
  • – Puerta electrónica con reconocimiento dactilar (coste muy alto).
  • – Desvío de portero automático a móvil (coste muy alto).

 

11. Discusiones

Esta es la parte que nadie te cuenta, pero que está ahí. Una obra es uno de los eventos que genera más estrés a lo largo de una vida. Durante las obras se discute, y mucho. Se discute porque hay que estar encima de muchas cosas, hay que tomar muchas decisiones a lo largo de toda la reforma y no siempre se está de acuerdo. Pero también porque surgen muchos problemas que hay que arreglar entre los dos y como la casa sólo puede ser de una manera, surgen discrepancias de opiniones. Por otro lado hay que sacar tiempo día a día para ir comprobando de cerca todo lo que se va haciendo ya que de no hacerlo se corre el peligro bastante real de incurrir en errores que luego cuesta dinero (a veces bastante) subsanar, tales como: 

– Puntos de luz que no están donde deberían estar
– Colocación de azulejos de una manera distinta a la esperada.
– Pintura en tonalidades diferentes a las proyectadas.
– Reparto de elementos en los radiadores.
– Conservar muebles/lámparas anteriores o cambiarlos.
– …

La solución es que ambos miembros de la pareja hagan el seguimiento a diario de todo y no se alteren por las posibles discusiones que surjan, ya que son totalmente normales. Lo raro sería no tenerlas.

Comentando este punto con el jefe de obra de nuestra última reforma, le pregunté que cuánta gente conocía que se hubiera separado por culpa de una reforma. Me dijo que había visto a varios que estuvieron a punto, pero que a un colega suyo de profesión directamente se le suicidó la clienta por no poder soportar la reforma de su casa.

 

12. Fin de las obras

En toda obra, llega un momento en que se alcanza el final. Casi no te lo crees, pero ocurre. Cuando llegue este momento tendrás que haber decidido previamente que no quieres seguir poniendo más cosas, porque estarás tan harto que lo único que querrás es volver a tu casa, esté como esté.

Lo normal es que a lo largo de la obra hayas ido pagando algo de dinero para cubrir coste de los materiales y sueldo de los obreros. Hay una última parte de dinero que no se debe pagar hasta que uno ha revisado todo el trabajo y da su conformidad. Además, suele ser un buen reclamo para que los obreros vuelvan a reparar aquellas cosas que no hayan quedado bien. 

Hace varios años, yo solía ser de esos que pagaba todo al finalizar. Tras varias experiencias negativas, siempre dejo un 10-15% mínimo a pagar cuando esté todo revisado. Y es la única manera de garantizar que van a venir a arreglártelo (y no siempre). Como ejemplo, hace 7 años encargamos unas ventanas que las hicieron bastante mal. Pagamos el 70% y nunca volvieron a terminar el trabajo, tras infinitas llamadas y compromiso por parte del dueño de que no había de qué preocuparse.

 

13. Conclusiones

Hacer una reforma es caro, no sólo en dinero, sino en tiempo y en discusiones. Quien diga que no, o no ha pasado por obras o directamente miente. 

Como llegarás a este punto final más mosqueado y hastiado que Frodo cuando estaba próximo a tirar el anillo, tómatelo con tranquilidad y filosofía. Vete unos días de vacaciones, y cuando vuelvas lo verás todo mejor. 

Por lo demás, lo de pasar por obras es como todo en la vida. Te da ciertas tablas para acometer mejor la siguiente, y anticiparte a los problemas que surjan. Sabrás decidir más rápidamente lo necesario de lo superfluo, lo caro, de lo económico, y de lo barato. Y así con todo.

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