Hola, ¿te presto 6000€?

Un día cualquiera en un banco español cualquiera.
 


Buenos días:

– Como hemos visto que es usted un buen cliente queremos prestarle 6000€, bueno en realidad no sabemos si es bueno o no, pero como nos paga las cuotas de la tarjeta podemos estudiárselo.
+ ¡Ah! , fenomenal. La verdad me hacía falta el dinero, ¿y a qué tipo de interés me lo dejan. 
– Tan solo un 10% de nominal anual.

+ Jodo, es un poco caro, ¿no?. Bueno oye, hago un esfuerzo y en 12 meses os lo devuelvo con los 600 de intereses.
– No no, tiene que ser en 7 años. 
+ ¡Ostia 7 años!, con eso nos ponemos en 2367€ de intereses. Bueno venga, la verdad que me hace falta, firmemos.

– Espere un momento, es que primero tenemos que estudiarlo. 
+ ¿Estudiarlo?, ¿que se examinan o algo?.

– No pero no querrá que concedamos los préstamos así al tun tun. Ya ha visto lo que ha pasado con esta crisis que se ha prestado con demasiada ligereza.
+ Bueno bien, estúdienlo, total a mí no me cuesta nada. 
– Se equivoca, le vamos a cobrar 70,28€ por estudiarlo.

+ ¡¿Pero qué me está contando?!, ¿me van a cobrar por ver si soy solvente mirando 2 papeles?, ¿y nada menos que 70,28€?. Pues ya no es tan atractiva la cosa pero bueno, sumaremos esos 70,28€ y haré como si fueran intereses. ¿Dónde firmo?.
– Aquí, justo debajo donde pone "comisión de apertura". 
+ Un segundo, ¿comisión de qué?, ¿qué es lo que hay que abrir, alguna caja fuerte o algo?.

– No hombre, la apertura del préstamo, sólo son 146€.
+ ¡La leche!, un 2,5% ya de entrada antes de que me presten el dinero. O sea, que yo les pido 6000€, ustedes apuntan que les debo esa cantidad pero luego me dan 5783€.

– No exactamente. Como todo puede ocurrir hemos contratado un seguro por si la palma.
+ Eso está muy bien, la vida da muchas vueltas, ¿y cuánto les cuesta ese seguro?.

– Nada, eso lo paga usted. 
+ ¡Venga ya!, jajaja, y ya solo por curiosidad ese seguro que son, 100 ó 200€, no?. 
– No, son 1027,80€.

+ ¡Virgen Santa, están cobrando más de un 17% sobre la cantidad prestada!.
+ Entonces a ver si lo he entendido bien: ustedes me dan 5783€ y dentro de 7 años yo les he devuelto 10042.40 €, lo que hace un…. vamos a ver… y me llevo dos… menos la vaselina….. rodilleras…. (ruido de calculadora). ¡Madre del amor hermoso!, un 17,93% TAE.
– Eso es señor, ¿entonces firma?. 
+ Pues mire no, pero le voy a proponer otra cosa, ¿por qué no enrolla los 6000€ en billetes de 5 euros y se los mete por el culo?.

 

Leopoldo Abadía: La subida de impuestos, el gasto público y el cojolondrón

Leopoldo Abadía, en su columna desde San Quirico, se hace la misma reflexión que nos hemos hecho el resto en las últimas semanas: ¿Hacia donde pretende ir este gobierno?

Me quedo con esta frase: «Porque este hombre que tenemos en la Moncloa es, en sí mismo, un plan«.

Y Leopoldo, dice tal que así:

«Al ir leyendo todas las cosas que están haciendo ahora nuestros gobernantes (¡?), me acuerdo de una frase que dicen que dijo John Lennon: “La vida es eso que te ocurre mientras haces planes”.
Porque este hombre que tenemos en la Moncloa es, en sí mismo, un plan. Cada día nos sorprende con algo. En su caso, este mozo tiene dos ventajas:
1. Que le da lo mismo decir hoy blanco y mañana, negro.
2. Que le da lo mismo decir cosas con sentido o sin sentido.
O sea, como dicen en mi tierra, que le da lo mismo jota que bolero.
He hablado alguna vez de lo del Plan Estratégico que hacen algunas empresas, con el intento de poder determinar, más o menos, el futuro al que les gustaría llegar. Eso lo tiene claro nuestro presidente. El futuro, para él, es ganar las elecciones. Y ya está.
Y, con ese único objetivo en la cabeza, si pasa un señor y le dice que le votará si le da una subvención para su gato, que es homosexual, D. José Luis va y le da la subvención. Ya tiene un voto. (En cuanto vuelva a casa, porque ahora viaja mucho, le encargará a la ministra de Igualdad que haga un proyecto de ley para que puedan votar los gatos homosexuales, y ya tiene dos votos.)
Por eso, no acabo de entender por qué la gente se pone nerviosa con este señor, como si se le pudiera tomar en serio. No entiendo cómo discutimos sobre las cosas que hace, como si tuvieran fundamento. No, si no se trata de gobernar. Se trata de ir aguantando y, mientras tanto, voto que caiga, voto que tiene. Y si eso cuesta dinero, es culpa de los especuladores, que son muy malos.
En este momento, gracias a Dios, y también gracias a los que contemplan asombrados los malabarismos circenses de este chico, y le llaman por teléfono, ha asegurado que va a reducir los gastos.
Hasta anteayer, me reía mucho cuando oía decir que era posible que subieran los impuestos. No hace falta ser premio Nobel de Economía para saber que, cuando se gasta a lo loco, hay que actuar sobre el dinero que entra (en este caso, los impuestos) y sobre el dinero que sale (los gastos.) Por tanto, lo de que A TODOS nos subirán TODOS los impuestos, no es posible. Es SEGURO
Primero dicen que se los subirán a los ricos. Cuando lo leí, pensé: “uff… ¡menos mal! Casi me cogen”.
Pero luego pienso que, después de los ricos, vendrán los menos ricos, luego los que tienen cara de que, en un futuro, van a ser ricos, y luego, TODOS. (Eso es el IVA.) Cuando digo TODOS, incluyo al mendigo que está pidiendo limosna y que, cuando acaba la jornada, se toma un trago de vino en un bar. (El vino lleva IVA.). Por tanto, ¿impuestos hacia arriba? SÍ. ¿Gastos hacia abajo? Sí, por obligación.
¿Protestas en la calle? Alguna harán los Sindicatos. Por cierto, no acabo de comprender por qué los gobernantes tienen miedo a la huelga general. Si hubiera una huelga general ahora, quedarían retratados los organizadores.
Digo que quedarían retratados porque se vería claro que habían contado un cuento chino a los huelguistas y estos se lo habrían tragado. (Una vez más.).
Y si el Gobierno fuera fuerte, que no lo es, miraría las calles llenas de gente paseando, porque si no trabajamos y hace buen tiempo, pasearemos, y ya está.
¿Qué ese día los huelguistas -y, fundamentalmente, los organizadores- harían mucho daño a España? Tampoco parece que ahora les preocupa mucho eso de la Patria. ¿Que la huelga era larga? Si tú, gobernante, gobiernas y crees que haces lo que debes hacer, pues será una pena (para los huelguistas Y más, para los organizadores, que se habrán vuelto a retratar.).



Claro, que si tú, gobernante, o lo que seas, durante muchos años has hecho el bobo, y has dicho que esto era un maravilla y que los malos eran los otros, y cuando ha habido un debate entre un ministro y otro señor, has dicho que ganó el ministro cuando después se ha demostrado plenamente que el otro señor le derrotó por goleada, comprendo que tengas miedo a la huelga general, porque, majo, te la has ganado a pulso.
Y si, además, uno de los organizadores es tu vicepresidente 4º, que quizá para entonces ya habrá ascendido a 3º, si el actual 3º ya se ha ido definitivamente a su casa, que ya va siendo hora, pues te puedes molestar, porque eso no se les hace a los amigos.
He leído los dos periódicos que leo siempre. Como he estado un par de horas esperando al avión, que le pasaba algo, he profundizado más. ¡Dios mío, pero si no hay un solo sensato! Y, además, no se van y quieren permanecer hasta el fin del mundo. Y cuando uno de esos insensatos se gasta 3,1 millones de euros en la publicidad de un referéndum, al que consigue que vaya el 12 % de los convocados y de ese 12 %, el 80 % le dice que vamos, hombre, que se deje de tonterías, ¡NO SE VA! No, le echa a un pobre señor que pasaba por ahí y que el periódico dice que está muy contento. No sé de qué, pero está muy contento.»

Muchas novedades en el panorama económico

Me voy una semana y todo el panorama se revuelve. Por un lado, y pese a todo pronóstico, la historia del IVA al 18% se ha mantenido en pie. Pensaba sinceramente que duraría menos de una semana y que sería una de las películas que se monta el gobierno mientras da palos de ciego viendo qué medida resulta mas popular para sacar adelante todo esto. Pensaba que sus asesores harían caso de las recomendaciones de Europa y le dirían que reculara pero … no. Yo no sé por qué, pero en España somos especialistas en ir en sentido contrario al resto de Europa. Cuando el resto de países están ya dando marcha atrás a lo de Bolonia, España se apunta al carro. Cuando en Europa recomiendan bajar el IVA para fomentar el consumo y reactivar la economía, España lo sube. Yo no sé qué lectura harán fuera de nuestro país sobre esto, pero cuando menos, se quedarán un poco sorprendidos (como en mi caso), sin saber si esto es bueno o es malo, si es una decisión meditada o decidido en medio de una noche de cañas (a ver quien la suelta más grande).

Siguen las explicaciones sobre la crisis. Me ha hecho gracia la visión de Sanchez Dragó en Telemadrid sobre esto:






Muy clarito. No sé si tendrá algo de razón o no, aunque sin embargo es una explicación muy factible.

Por otro lado, desde hace algunas semanas han aparecido algunos carteles por toda la ciudad (y supongo que por el resto del país) que anuncian una web: estosololoarreglamosentretodos.org. La iniciativa inicialmente me pareció muy bien, pues iba en la misma línea de lo que he dicho otras veces, que ya no es momento de ver de quien es culpa ni de seguir examinando como hemos llegado a esto (además, ya se sabe) sino de buscar soluciones y de remangarnos todos las camisas. Pero uno se queda con la mosca detrás de la oreja, pues una campaña de publicidad cuesta mucho dinero, y que alguien decida vestir todas las marquesinas con un mensaje como este no es precisamente barato. Además, la campaña destila un buenrollismo exagerado. Y uno no puede evitar hacer la siguiente pregunta. ¿Quién está detrás de todo esto? Y llegados a este punto, debo decir que estaba más feliz cuando no lo sabía, aunque sin duda, lo sospechaba.



Pues tócate los cojones Manolito, que la cosa no es para menos. Después de este vídeo tan entrañable que hasta hace llorar de la emoción, en el que se apela al sentido común y a la unión de la gente de a pie para salir del follón en el que nos han metido gobierno y bancos, resulta que tirando del hilo están detrás los de siempre, tal y como comentan en Rankia y en GurusBlog. Y es que la cosa no podía ser de otra manera. Este viral, que empezó a moverse hace algunas semanas con participantes tan entrañables como Fernando Romay o Buenafuente está patrocinado por nada menos que los principales responsables de la misma, léase Banco Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid, Abertis, Repsol, Cepsa, Endesa, Iberdrola, Red Eléctrica, El Corte Inglés, Mercadona, Indra, Mapfre, Renfe, Iberia y Telefónica. Qué gran corazón. Qué sí, que el camino es ese y no hay otro, pero que no deja de ser chocante y paradójico que algunos de los que han montado el «sarao» sean los que ahora apelen a la solidaridad del populacho. Resulta un poco mezquino enriquecerte en una cuesta-abajo sin frenos y luego decir con la mayor indiferencia: «bueno, no vamos a ver como hemos llegado hasta aquí, lo importante es que salgamos, y para ello empieza a moverte TÚ».

Y siguiendo con el festival de la tontería, en la hoguera de las vanidades nos sorprende César Alierta con una payasada digna de Miliki: Quiere cobrar a Google por el uso de sus redes. Este señor olvida que sus redes ya las estamos pagando mes a mes los ciudadanos de a pie, y que esas redes ya están más que pagadas, pues fueron herencia directa de cuando Telefónica era una empresa pública y estaba financiada con dinero público, y no sólo eso, sino que a fecha de hoy y gracias a la inestimable colaboración de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, seguimos teniendo el dudoso honor de tener el ADSL más caro de Europa [2]. Y lo que es aún más importante y que igualmente tampoco se ha tenido en cuenta. La Red la hacemos gente como tú y como yo. Yo pongo los contenidos. Yo creo la necesidad de que la gente tenga que conectarse a Internet. Luego debería ser yo el que se llevara un porcentaje del dinero que paga la gente a las telecos para poder ver mis blogs, mis webs, mi software … Si yo he renunciado a ese dinero ¿con qué derecho viene este señor a cobrar ese dinero fruto directo de MI esfuerzo? Y aquí viene lo mejor, porque que esta tontería la diga alguien como Alierta que siempre está más preocupado en hacer dinero del aire que en ofrecer auténticos servicios de valor añadido no es noticia. Lo más grave es que el Ministerio de Industria, a través de Miguel Sebastián, respalde la payasada, eso ya es de traca. De nuevo el único país EN TODO EL MUNDO que se le ocurre la más gorda es España. Ahí estamos, impulsando la Sociedad de la Información «a nuestra manera».

También se han empezado a barajar nuevas fechas para el final de la crisis y se habla de que España no generará empleo hasta 2013. Bueno, es una cifra bastante más realista que las previsiones del gobierno, que siguen barajando datos no ya optimistas, sino idealistas y y más que eso, irreales. Naturalmente esto no se aplica a todos los sectores, ya que algunos (como afortunadamente el mío) no han sufrido apenas el impacto y de hecho los sueldos siguen siendo más o menos los mismos que hace 2 años incluso a la hora de cambiar de trabajo.


Y quizá lo más impactante a tener en cuenta es algo que se lleva esperando desde hace años y que llega con varios años de retraso … aunque finalmente llega: La versión de PADRE para Linux (y Mac) (tal como indican en Rata de Ventanilla). Desde hace 5 años e incluso más, se lleva demandando una versión del programa PADRE que no dependa de un sistema operativo propietario. Las razones son muchas y bastante obvias. Primero, no todo el mundo tiene un PC para ejecutar Windows, y segundo, el hecho de tener un PC no implica tener Windows. Los acercamientos han sido varios a lo largo de los años: en primer lugar se desarrolló una aplicación para declarar el IRPF para Linux hace ya algunos años, por lo que se esperaba que a continuación llegara el PADRE. En segundo lugar, también PADRE se pasó a Java (creo que anteriormente estaba escrito en Visual Basic) y se desarrolló una versión on-line para que no tuviera Windows aún tuviera una opción para hacer su declaración con ayuda automatizada. De hecho ya han pasado 18 años desde que hicimos la primera declaración con la versión DOS de P.A.D.R.E. en el año 1992, aquella que regalaban con PC-Magazine. Por entonces sólo había MS-DOS, DR-DOS, OS/DOS y Mac, y apenas algunos programas para Windows. Entonces sí tenía sentido que hubiera una versión para el SO de Microsoft, porque era el estándar de facto. Mucho ha llovido desde entonces.

Y por fin en el 2010, seguramente obligados por el desarrollo de la Ley 11/2007 (aquella que dice que desde enero de 2010 todas las gestiones se deben poder hacer de forma telemática y sin necesidad de tener un sistema operativo concreto y/o propietario), se ha decidido que haya una versión que se ejecute en Linux. Sin duda es algo para celebrar.

¿Te invito a una cerveza?

Cinco amigos se reúnen en un bar después de mucho tiempo sin verse. Y cada uno de ellos cuenta como le ha tratado la vida, algunos han conseguido un buen trabajo y ganan mucho dinero, otros se han casado, otros han montado una empresa por su cuenta, otros han sido despedidos y hace tiempo que no encuentran un empleo… todos están contentos de verse, y entre cervezas y risas pasan la tarde.


A punto de despedirse, y en vista de lo divertido de la velada, se propone quedar una vez por semana en ese mismo bar para no volver a perder el contacto entre ellos. Todos menos uno están de acuerdo, pero éste último alega la imposibilidad de ir una vez por semana al bar, puesto que al estar desempleado, no le es posible permitirse el lujo de realizar tal gasto.





Uno de los amigos, decide una solución, para que todos ellos puedan seguir viniendo a la reunión, y que el aspecto económico no suponga un impedimento. Propone que las cervezas se paguen en proporción a lo que gana cada uno. Es decir, si uno gana más, pagará más por el total de la factura de todo lo consumido ese día en el bar, y el que menos gane, menos tendrá que aportar. Así, si alguien no tiene ingresos de ningún tipo, podrá asistir a su cita semanal, sin tener que pagar nada.


A todos les pareció buena idea.


De esta forma, a la semana siguiente todos aparecieron de nuevo, y una vez finalizada la velada, todos pagaron en proporción a su status económico, y uno de ellos, aquel que no tenía ingresos, fue invitado por el resto de amigos.


La situación continuó de esta forma durante meses, todos fieles a su cita semanal, concurrían encantados a su compromiso.


Un buen día, el camarero se les acercó y les comunicó que ya que eran tan buenos clientes, había decidido concederles un descuento en cada cerveza.


Los amigos encantados con el detalle, decidieron repartir el descuento de manera proporcional al pago que cada uno de ellos realizaba.


Sin embargo, hubo quien argumentó, que eso no era justo, lo correcto era repartirlo a partes iguales y no en proporción a las aportaciones. Así que todos decidieron aceptar esa forma de reparto.


Y de esta manera se dio la curiosa circunstancia, que mientras unos pagaban una cantidad de dinero superior a las cervezas consumidas, otros ganaban dinero con su cita en el bar.


Un buen día, el ‘amigo’ que mejor posicionado estaba económicamente y que lógicamente más pagaba cada día que iba al bar con sus amigos, decidió no ir más a la cita. Así que el resto de colegas se reunió para cambiar la asignación de cada uno. Al calcular los nuevos pagos, se dieron cuenta que mientras unos pagaban un poco más, otros tenían que pagar mucho más, incluso más que lo que estaba pagando el amigo que había dejado de acudir a la cita, y que uno de ellos, no sólo seguía sin pagar, sino que además ganaba dinero con cada cerveza que consumía.
Aún así aceptaron los nuevos precios, con tal de seguir viéndose.


Otro buen día, otro amigo, expresó su decisión de no seguir con su compromiso semanal, no podía seguir asumiendo tal coste por una tarde de ocio.
El resto de amigos, volvió a reunirse para acordar nuevos porcentajes de pago, siempre en proporción a sus ingresos. Pero, a pesar de consumir cada vez menos cervezas, dos de ellos tenían que pagar una cantidad todavía mayor, mientras uno seguía ganando el mismo dinero que al principio cada vez que se bebía una cerveza.


Lógicamente al final desisitieron de seguir con su cita semanal y hubo que disolver el grupo, siguiendo cada uno de ellos caminos diferentes y no volviéndose a encontrar nunca más.



Ante la disminución de cotizantes a la Seguridad Social y la de empresarios, cada vez somos menos los que tenemos que responder a las grandes exigencias de ayudas a sectores privilegiados. Y para compensar la disminución de ingresos por parte del Estado, manteniendo los mismos gastos, la solución aportada por parte de la Administración Pública ha sido aumentar el tipo en el Impuesto Sobre el Valor Añadido.


La diferencia está en que un contribuyente de este país, no puede dejar de consumir cervezas.

Vía Jose Carlos Amoros.

Psicología de la crisis: el cuento del fabricante de bocadillos


Los que me conocéis y habéis hablado conmigo de la «presunta crisis» en los últimos meses habréis comprobado que siempre defiendo la postura de que no existía ninguna crisis real a nivel nacional y que todo no es más que un efecto bola-de-nieve a fuerza de meter miedo e insistir desde los medios de comunicación. La gente que perdió su empleo durante la primera etapa de la mal llamada crisis fue mínima y pertenecía exclusivamente al sector de la construcción (esto no tiene nada que ver con ninguna crisis, sino con una regulación del mercado donde la oferta superaba con creces a la demanda en el tema de la construcción). Posteriormente a esta etapa real, donde sí hubo despidos, y que duró el verano de 2008, llegó un período donde la prensa hablaba de crisis no ya cada día, sino en cada una de las secciones (principalmente los diarios gratuitos o más influenciados por la publicidad, o los más sensacionalistas).



A fuerza de repetir la misma letanía una y otra vez consiguieron, no la bancarrota nacional, pero sí el miedo y la cautela de las empresas a la hora de invertir y de meterse en nuevos fregados donde no estaba muy claro cómo iban a salir (lo que hasta ese momento, y desde el 2001 había sido una tónica constante). Se terminaron las inversiones y los inventos. A partir de ahora, los experimentos, con gaseosa. Para mayor diversión, llega la historia de los bancos y de los ninjas, que la gente de a pie (de nuevo influenciada por los rebuznos de los «presuntos» expertos de la prensa escrita y hablada) relaciona directamente con el resto de sectores. Es decir, que tenemos tocados dos sectores: la construcción (de tiempo atrás) y la banca (arrastrada por la tendencia mundial de la banca estadounidense). Por otro lado, los detractores del gobierno, que intentan por todos los medios sacar los colores al gobierno, para que de una vez hable de «crisis». El gobierno insiste en aferrarse a todos los eufemismos que se le ocurren para no mencionar la bicha. Pero más por cansinismo que por tener razón, tanta charla insulsa de bar y de programa del corazón hace su mella entre la clase media del país, que empiezan a repetir como papagayos la palabra crisis, a pesar de que ninguno ha visto su vida alterada, ni han perdido el empleo, ni tampoco poder adquisitivo.

Toda esta bola de nieve artificial al final consigue su objetivo, y paraliza la economía por el miedo de la gente a invertir su dinero sobrante, y lo retienen por lo que pueda pasar. Si uno ha jugado alguna vez a «Burro», sabrá que al grito de «¡Burro!» todos deben pasar una carta al jugador de su derecha, o si no, el juego no funciona. Pues eso mismo ha pasado. Todo el mundo ha decidido quedarse con sus 4 cartas … y así no hay forma de jugar. Todos llevan buenas cartas, y todos podrían ganar … pero les da miedo pasar carta.

A lo largo de la historia de nuestra cultura se ha visto lo influenciable que es la plebe, no sólo por los altos poderes, sino por cualquiera que esté lo suficientemente cerca y sea capaz de hablar con algo de convencimiento (que no de sabiduría). Si medio país fue capaz de tragarse que Ricky Martín va escondiéndose en los armarios ¿por qué no iban a tragarse lo de la crisis? Además todo el mundo «conoce a alguien» que han despedido en este período, pero nadie se da cuenta que en nuestro vasto círculo de conocidos raro es el mes que no sabemos de alguien que haya perdido o cambiado de trabajo. Es decir, que lo que antes reconocíamos como algo normal y cotidiano, tras el presunto marco de crisis lo atribuimos ineludiblemente a la pobreza económica del país, sin darnos cuenta de que el ratio era exactamente el mismo que hasta ese momento y sin evaluar otros motivos seguramente más fiables y relacionados (contrato de obra, temporero o actividad de índole muy temporal, como los dependientes o reponedores). La culpa de todo la tiene la crisis. Y he aquí que nos vemos con que hemos conseguido transformar lo que antes no era más que un fantasma en algo real, lo que ha hecho que influye en nuestra vida personal y laboral y lo que está terminando por perjudicarnos.


Todo esto que he dicho no es sólo mi teoría, sino que es la teoría de bastantes personas que son capaces de razonar por sí mismas en lugar de repetir lo que dice el 20 Minutos. Mi opinión no es más que mis reflexiones y no tienen ninguna validez ni están fundamentadas por otra cosa que mis razonamientos y mi excepticismo para negarme a creer lo que carece de fundamento y lógica.

Por ello, me ha hecho ilusión poder leer lo mismo que yo acabo de expresar en varios párrafos en el blog de mi amigo blogger Francisco Hernández Marcos (tan excéptico en temas económicos y empresariales como lo soy yo) y con bastante más experiencia que yo en el estudio de mercados. Todo ello lo relata en un cuento que escuchó cuando tenía 15 años y que se aplica como anillo al dedo a todo lo que hemos comentado anteriormente.


«Érase una vez un hombre que vivía muy cerca de un importante cruce de caminos. Todos los días a primera hora de la mañana llegaba hasta allí donde instalaba un puesto en el cual vendía bocadillos que él mismo horneaba.
Como padecía sordera y su vista no era muy buena, no leía la prensa ni veía la televisión pero eso si… vendía exquisitos bocadillos.
Meses después alquiló un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente seguía pregonando su mercancía, gritando a todo pulmón: ¡Compre deliciosos bocadillos calientes! Y la gente compraba cada día más y más.
Aumentó la compra de materia prima, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día. Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió llamar a su hijo, un importante empresario de una gran ciudad, para que lo ayudara a llevar el negocio.
A la llamada del padre su hijo respondió: ¿Pero papá, no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves la televisión? Este país está atravesando una gran crisis, la situación es muy mala, no podría ser peor.
El padre pensó: ¡Mi hijo trabaja en una gran ciudad lee los periódicos y escucha la radio, tiene contactos importantes… debe saber de lo que habla!
Así que revisó sus costos, compró menos pan y disminuyó la compra de cada uno de los ingredientes, dejando de promocionar su producto.
Su fama y sus ventas comenzaron a caer semana a semana.
Tiempo después desmontó el letrero y devolvió el terreno.
Aquella mañana llamó a su hijo y le dijo:
-¡Tenías mucha razón, verdaderamente estamos atravesando una gran crisis!»