Loterías Lotomar, una empresa con dudosas intenciones

Es la segunda vez que me llaman de Loterías Lotomar (primero al móvil y luego al fijo). Una empresa que pregunta por «el señor de la casa» (como si volviéramos a los 60) y me dice que me ha correspondido un premio, y patatín y patatán. La estafa se descubre rápido, porque no me ha correspondido ningún premio, sino «la posibilidad de jugar con ellos a todas las loterías a la vez» (primitiva, euromillones, el gordo y alguna más que me dejaré). Que funcionan como una peña, que yo sólo pago 50 Euros a la semana y me hago rico porque ellos juegan a 70 números, incluso a los imaginarios y los reales, y que vamos, que toca fijo. Cuando alguien que tiene un método para hacerse millonario de forma tan fácil te propone ganar dinero de forma tan sencilla, sin conocerte de nada, y llamándote al azar y tratándote de tú como si te conociera de toda la vida, para añadir al final «¿qué le parece?» uno puede pensar dos cosas:

 

1. Que por alguna extraña e inexplicable razon hemos dado con un retrasadito que nos quiere vender sus estampitas de forma semanal.

2. Que hay gato encerrado y que si es tan fácil hacerse rico ¿para qué me necesitan a mí? Y sobre todo ¿por qué me lo cuentan?

Cualquier persona escogería la 2 ¿verdad? Bueno, pues supongo que hay quien no. El caso es que les digo que: a) Yo no soy el señor de la casa (da lo mismo, me sueltan el rollo igual) b) Mi número no aparece en los listines públicos (aquí se queda muda). c) Que me dé el C.I.F. de esta presunta empresa conocida como Lotomar (aquí se despide y cuelga). Buceando un poco por Internet, resulta que como Lotomar no hay nada, pero sí con el número llamante (976 369 600). Resulta que este número corresponde a WebPilots, una de estas empresitas de marcación especial, experta en concursos, supersorteos, y superfiascos.

Así que si os llaman de alguien que dice ser de Lotomar 976369600 y os dice que habéis ganado algo, id preparando la grabadora y abriendo la web de la AEPD.

«¡Ahora se pone el señori-to!»


Trámites online que puedes hacer sin salir de casa

Con frecuencia nos quejamos de la ineficacia que tiene la administración pública a la hora de atender las ventanillas. Ayer mismo sin ir más lejos perdí 6 horas en 2 trámites que en términos normales no hubieran demorado más de 10-15 minutos cada uno de no haber tenido que aguantar colas, o de haber habido una gestión más ágil. En algunas ocasiones resulta inevitable perder el tiempo en una cola porque el trámite requiere presencia física, pero en otras muchas no, y con un poco de suerte, estos trámites están automatizados en un nivel muy avanzado de manera que es factible realizar desde casa o por teléfono la totalidad del mismo.

A continuación, voy a poner una lista de los trámites que uno puede realizar desde casa (bien con certificado digital o sin él) de manera que evita muchas colas y esperas.

 

Estafa de Airis y Jazztel a sus clientes, y al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio

Hacía bastante tiempo que no me metían en zarandajas de este estilo. A pesar de que en tiempos de Terra este tipo eran bastante típicas y frecuentes, y a pesar de que el departamento de Jazztel parece gobernado por Manolo y Benito, hace ya como 3 años que no me preparan ninguna película de indios (durante muchos meses me estuvieron facturando lo de dos domicilios a mi cuenta).


El caso es que hace aproximadamente 3 meses (allá por mediados de enero) me llamó una comercial de Airis, diciendo que llamaba en nombre de Jazztel. Al principio me mostré bastante reticente, y generalmente con este tipo de llamadas-promocionales suelo colgar directamente. No es que no me gusten los regalos. Me gustan como a cualquiera. Pero sólo cuando son regalos de verdad. Y es raro que este tipo de regalos vengan de manos de compañías como Jazztel o Airis, donde si te dan 5 es porque tú les vas a dar 15.





PARTE 1: ENGANCHANDO AL CLIENTE

Volviendo al tema, me llama un tipo para contarme una película de que teniendo 20 MB y firmando la permanencia por 2 años más, me regalan un televisor de 32». Lo único, que tengo que pagar 100 euros en concepto de «gastos de envío». Qué bien ¿no?

Cuando se trata de regalos de entidades bancarias, generalmente cualquier «regalo» lleva asociado un pago IRPF ya que el regalo en realidad son los intereses (o ganancia) que se dejan de percibir a cambio del regalo. Esos intereses tributan … y el regalo también. Así que de ahí que cada regalo lleve su IRPF. Por ejemplo, cuando Banesto regalaba la PSP, había que pagar unos 40 Euros en este concepto, y en el caso del iTouch, unos 60. De manera que 100 euros por gastos «varios» (léase IRPF, gastos de envío o lo que se quieran inventar) podría ser, ya que eso significaría que la televisión tiene un precio valorado en 600 Euros. También cuentan lá película de que los 100 euros son porque el mensajero tiene que ir y venir 3 veces (1 para entregar los documentos, otra para devolverlos firmados y una última para venir con el regalo). En cualquier caso la cosa no tendría nada de especial … si no fuera porque era de la marca Airis.



La marca Airis para mí ha supuesto desde sus inicios sinónimo de chapuza total. De hecho sus productos llevan la sombra del ensamblado español del que tanto se ha hablado y que tan mala fama ha tenido durante muchos años. Antiguamente era una marca que se distribuía en Abyss, otra tienda que tenía cierta solera en cuanto a encabezar los rankings de mal servicio y reclamaciones. Antiguamente existía una web llamada «La Lista Negra» (sobre el año 1998) que desapareció tan rápido como apareció y que se dedicaba a mostrar las tiendas de informática con peor reputación. Abyss y Deima eran las campeonas indiscutibles de Madrid.

Bueno, para no irme mucho de la historia, TODOS los productos de regalo acogiéndome a la promoción de Airis-Jazztel eran de Airis. El comercial siguió hablando: lo único que yo tenía que hacer es seguir con Jazztel como hasta ahora. Esto era un premio por haber sido un cliente tan fiel y con esto me «aseguraban» que si Jazztel subía sus tarifas durante este tiempo, a mí no me afectaría (aunque sin duda sería mucho más probable lo contrario, que bajen y no me pueda beneficiar por la misma razón). Tácticas de marketing, como decir cosas a medias, no decirlas, o decirlas a la inversa. Le pregunto al comercial donde puedo ver los artículos de la promoción y me da una dirección de Airis donde aparecen unos artículos parecidos. No son los mismos modelos, y algunos ni están. Como no me decido, queda en llamar otra vez. Me da varios teléfonos para que llame yo, pero ya me avisa de que generalmente no los cogen porque si no «estarían todo el día cogiendo el teléfono».

Voy a resumir un poco en esta parte, porque hasta aquí todos conocemos la historia, a todos nos han llamado y a todos nos han ofrecido regalos a cambio de permanencias. Hasta aquí pues, nada raro. Finalmente no cogí la promoción, pues yo no tengo ADSL de 20 MB, sino de 3, y el regalo que me ofrecían no aparecía listado en ningún lado y parecía inventado. Soy poco amigo de las permanencias porque con el tiempo suelen aparecer mejores opciones que uno ya no puede coger por estar «atado». Lo único que reseñaré es que los comerciales de Airis me comentaron que tendría que darme de baja con Jazztel y darme de alta con ellos para aceptar la promoción. Pero ¿la cosa no era un premio por haber sido fiel? ¿y tengo que darme de baja? Antenas levantadas. Esto no cuadra. Así que dije que muchas gracias pero que no quería ningún regalo.

La cosa se pone interesante cuando en marzo me llaman de Airis para decirme que me han hecho un cargo de 29 Euros y que me lo están intentando devolver. ¿Cargo? ¿Por qué? ¿Cuando? Efectivamente reviso mi cuenta y había un cargo de 29 euros, que yo había achacado a una compra. El emisor del cargo era Barebone Express (Airis). Me dicen que si tengo otra cuenta para abonarme el dinero. Les doy otra cuenta. Esto es la semana previa a la Semana Santa. Me dicen que es muy posible que el dinero no me llegue esa semana, y que como en Semana Santa no trabajan, tendrá que ser al lunes siguiente. El dinero nunca llegó de vuelta. Esperé 2 semanas más. Llamé varias veces a los teléfonos de Barebone Express (ya que en Jazztel dicen desconocer dicha promoción) y hablé con varios contestadores automáticos, y con el portero de la oficina. Ninguna respuesta y el dinero sin aparecer.



PARTE 2: LA SOLUCIÓN.

La verdad es que conocía el método pero nunca lo había puesto en práctica. Como no conseguí que Airis me devolviera el dinero cobrado por el artículo 33, me dirigí al banco. Como el cargo estaba hecho a mi tarjeta de crédito, puse una reclamación por fraude. El emisor de mi tarjeta cubre cualquier fraude en los 13 meses siguientes de haberse producido, siempre y cuando no esté mi firma (lo típico con las promociones telefónicas). Para ello me dieron de baja mi tarjeta y me crearon una nueva. Yo intuía que no iba a haber más cargos fraudulentos, ya que lo que me habían cobrado eran 29 Euros en concepto de una cadena de música que yo no había recibido (de nuevo en concepto de «gastos de envío») y el banco pidió el comprobante de que yo había firmado algo. Como Airis naturalmente no lo tenía, a los 8 días tenía el dinero de vuelta en mi cuenta. En total, la gestión me llevó 15 minutos desde que entré en la sucursal hasta que salí. No tuve que interponer denuncia alguna ni nada. Fácil, sencillo y rápido. Cómodo no, porque eso me supone cambiar el nº de tarjeta en aquellos sitios donde la tienen almacenada pero tampoco es algo tan problemático.



PARTE 3: EL FRAUDE

Si recordáis, he empezado diciendo que esta promoción era un fraude no sólo hacia el cliente (que no recibe regalo alguno en gran parte de los casos) sino también hacia el Ministerio de Industria. ¿Por qué?


Pues porque el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio es el encargado del famoso Plan Avanza. A grosso modo, para quien no sepa en qué consiste, es una forma de fomentar e impulsar a las empresas y a los particulares mediante la adquisición de tecnología, tales como aparatos, software, … Uno presenta su «plan» y si el ministerio está de acuerdo, se le financia una parte e incluso hasta el 100% de la inversión que esa persona va a realizar. Y he aquí donde empieza la magia. Porque en realidad uno lo que va a hacer es comprar su propia televisión de 32» o su propia cadena de música y pagarla a plazos durante 24 meses. Si miramos lo que «vale» el adsl de Jazztel de 20 MB son algo así como 30 Euros al mes (sólo el ADSL, sin la línea). Si multiplicamos 30 euros por 24 cuotas, tenemos 720 Euros … lo que cuesta una tele de esas características según Airis (en realidad en cualquier comercio hay teles de 32» de LG o Samsung por 450 o 500 euros y teniendo en cuenta que es de Airis, no creo que se vendiera por más de 200 … pero ya veis, cuando se trata de Planes Avanza, tiran por lo alto). Una tele de 200 Euros por arte de birllibirloque pasa a costar 720. ¡¡MAGIA!!



Es decir que lo que el cliente está haciendo en realidad es COMPRANDO SU PROPIA TELEVISIÓN A PLAZOS. Ni más ni menos. De ahí que haya que dejar de pagar a Jazztel el ADSL (la línea sí se le sigue pagando, lógicamente) y que haya que pagar a Airis en su lugar. El dinero que pagamos a Airis se le pasa a Jazztel de otra forma, y como Airis ha «vendido» una televisión de 32», el gobierno le está financiando a través de Airis dicha compra. De ahí que la tele tenga un precio bastante superior al que tendría en el mercado (recordemos, no más de 200 euros). Airis ha conseguido vender una tele por casi 4 veces su precio, Jazztel ata a su cliente, un par de años y el cliente sigue pagando lo mismo sin saber que ha comprado un chisme a plazos. Aparentemente todos contentos, y el único que pierde es el Ministerio … o sea, todos los españoles.

Resulta sorprendente que el equipo de Miguel Sebastián no haya reparado en esta triquiñuela que ya se les ha a aplicado a clientos de clientes. Vaya fijación de esos clientes en adquirir los productos de Airis, ¿verdad?


Más información:

Forocoches
GSMSpain
BandaAncha
ADSLZone
Denuncia Social

y un muy largo etcétera


… Y el pleno al 15 …

Ahora Airis «regalan» ciclomotores (como sean igual de buenos que sus ordenadores …)




Heroes del Dinero. Tongo Heroes en Sevilla 20 de octubre

Mabel me ha pedido que ponga este texto suyo para que el engaño de los Héroes del Silencio en Sevilla del 20 de Octubre de 2007 no quede en el olvido.
 


Tongo Héroes en Sevilla

Desde hace muchos años mi chico y yo hemos escuchado a los Héroes y vimos la ocasión de ir a un concierto suyo (cuando éramos jóvenes no teníamos pelas), pero ahora sí que las teníamos y vimos la posibilidad, aunque fuera apoquinando los 42 eurazos de la entrada y sumarle 74 del altaria y bus. Afortunadamente tenemos familia en Sevilla y no tuvimos que pagar alojamiento. Compramos las entradas hace 6 meses y teníamos la fecha marcada a fuego en el calendario. Estábamos emocionados con poder escuchar en directo a los Heroes y nos sabíamos de memoria todas las canciones. La gente habla de caos a la entrada, pero yo no lo sufri. Llegamos sólo con 15 minutos, la guardia civil nos indicó cómo entrar en la zona de aparcamiento, y aparcamos enseguida, y muy cerca. A la entrada un poco de Avalancha, los revendedores a diestro y siniestro "¡Vendo entrada más barata que en la taquilla!". Los revendedores ya veían que se quedaban con las entrada (ya he dicho que eran las 20:45). Pero enseguida pasamos el control (sin el tapón de la botella de agua, por miedo a que se lo lanzáramos al Bunbury), entregamos la entrada y ¡a elegir sitio!
 

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Dios no estaba allí

Nosotros íbamos desde Madrid para asistir a la misa de nuestro amigo Julio Ramos Ballano.

Llegamos a Guadalajara, y aparcamos en las inmediaciones de la iglesia. Hemos intentado acceder al lugar, y tras ponernos muchas trabas, hemos conseguido acceder a la catedral. Cuando hemos entrado, nos ha sorprendido ver tantas cámaras, pues era deseo expreso de la familia que no hubiera prensa. Pero es que la estrella de esta misa comercial no eran los 11 héroes de Guadalajara, ni la familia de las víctimas. ¡Qué ingenuos por pensarlo!. A los pocos minutos han llegado los políticos demagogos, esos que nunca se explican las cosas que pasan, pero que tienen ríos de saliva para enfrentarse entre ellos. Tras unos merecidos abucheos, han irrumpido en la catedral. Nosotros también les hubiéramos hecho lo mismo, pero estábamos en la casa de un tal Dios (que por lo visto lo tenían escondido, porque no se le veía por ningún sitio) y no lo hemos considerado adecuado. Así que como buenas personas que somos, nos hemos callado, mientras se sentaban en alguno de los 11 bancos que tenían reservados. Tantos como bancos tenían reservadas las familias, a razón de 5 personas por banco.



Mientras tanto, los retenes llegaban a las puertas y se les impedía el paso, supongo que por no venir con el traje de gala, ya que los muy perezosos se habían entretenido apagando un fuego, no como el Príncipe, y su mujer, trabajadores como ellos sólos, que habían llegado sólo 5 minutos antes. Un policía aborregado y muy obediente a sus amos, les ha increpado que para entrar necesitaban haber llegado antes de las 6 (cochina mentira, porque nosotros llegamos a las 8 y entramos …) y tenían que ser familiares de las víctimas. Un retén era el novio de una de las víctimas. -Pues a este sí le dejo, y los otros los mando a paseo, pero se lo digo en privado, que la gente empieza a ponerse tonta con que los deje pasar.- El chico, que los tiene muy bien puestos, dice: «O entramos todos, o ninguno». Y no entró ninguno. Y es que la iglesia ya estaba llena. Tan llena, que no hubo sitio ni para Dios (literalmente):
Unos 30 curas haciendo el paripé, 55 políticos sentaditos en primeras filas, no sea que alguno se canse de estar de pie, todos muy trajeados, como para hacerse una foto ¿dije foto? Qué curioso . Había tantos bancos destinados a políticos como a la familia directa de las víctimas (5 plazas por familia … 55 plazas). En la parte izquierda han colocado a los politicuchos, mientras que en la parte derecha estaban las familias. Lo correcto hubiera sido colocar a las familias delante del todo, a continuacion a los amigos, y al final del todo, de pie, a los fotogénicos que venían a chupar cámara. Pero no. Esta misa era por y para Los Príncipes y para Bonobús, la vicepresidenta de bastos (Zapatitos no vino a dar la cara, y mandó un esbirro), y la Ministra de chapuzas ambientales, entre otros personajillos. Para los retenes, igual que para Dios, no había sitio en esa iglesia, que con la presencia de 30 curas babeando por estar entre gentes importantes habían llenado por completo lo que en principio era un homenaje a los 11 héroes de Guadalajara.
Y claro está. Los Príncipes y políticos pueden llegar a las ocho y pico, y pueden acceder sin problemas (con recibimientos pomposos y peloteo incluido) pero un retén que viene de apagar un fuego no puede acceder al circo mediático, porque no son bien recibidos. Curiosamente, SI habia sitio más que de sobra dentro de la iglesia, pues aunque sobraran 29 curas y 55 políticos, había un banco vacío, de la familia que no pudo o quiso participar en este espectáculo comercial, y en la parte donde se sentaron los príncipes, había sitio para 3 bancos, como de hecho los había en todos los receptáculos laterales de la iglesia. Pero era más cómodo tener a los Principitos bien acomodados, al igual que a los políticos, pues ya se sabe que la Iglesia no goza últimamente de buena salud, y siempre conviene no ponerse a malas con los que manejan los presupuestos, no sea que los representantes de Dios no vean un duro los próximos años. Y da lo mismo si por ello se desmerece a los familiares, o a los compañeros de los retenes. Allí se iba con dos objetivos: ofrecer un espectáculo audiovisual por televisión, y hacerse las fotos de rigor, para que todo el mundo sepa lo sufridos que son los ministros. Y los dos se cumplieron a las mil maravillas.
Si Dios no tuvo su sitio dentro de esa iglesia, o si el retén se quedó fuera, son efectos colaterales sin mayor importancia.
Ante tal atropello y burla, uno de nosotros se acercó al Obispo de Guadalajara, José Sánchez González, al que le dijo: «Don José, Jesús echó con un látigo a los que comerciaban en la casa de su padre ¿Qué opina usted?«. Respuesta del comercial de Dios (uséase, el señor obispo): «No es para tanto, no es para tanto«. Y esa fue toda su respuesta. A otra persona que presuma de cristiana quizá se le habría caído la cara de vergüenza, pues se habría visto retratado vivamente en dicha escena, pero es que el obispo es mucho obispo. La iglesia somos todos, pero «todos» son quienes dice el señor obispo. «Todos» son los Príncipes, «todos» son los políticos, «todos» son la prensa. Pero «todos» no son el resto de cristianos que ingenuos se creen aún que son parte de la Iglesia (que sólo cuenta con ellos a la hora de pasar el platillo), ni los retenes, ni el propio Dios, que seguramente tendrían escondido en algún armario, si él mismo no hubiera podido escaparse de allí minutos antes, suponiendo que alguna vez haya estado.
Si allí hubo un dios, fue el «Dios» de los 30 curas que allí moraban, un dios de bolsillo, de quita y pon, sin ojos, y sin personalidad. Un Dios que cobra bajo cuerda, que se hace fotos para sacarlas en los periódicos, un Dios que te invita a su casa y luego te deja en la puerta para recibir a amigos más importantes que tú.