Pues sí, quién lo iba a decir. Mi viejo Toshiba L850, un i7 con disco SSD y 16 GB de RAM, que murió en el verano de 2016 a consecuencia de un golpe de calor que quemó el chip gráfico, ha vuelto a la vida. El milagro lo ha hecho una tienda de Aluche que es capaz de reparar portátiles y ordenadores más allá de lo típico de cambiar memorias o sustituir piezas y son capaces de reemplazar chips completos, hacer soldaduras en placa, reballing y lo que se tercie.
En esta tienda han extraído el chip dañado (el chip gráfico de AMD), dessoldándolo y poniéndole un nuevo chip. Aunque parece sencillo no he encontrado más tiendas en Madrid que lo hagan, y en otras que también hacen reparaciones a nivel de electrónica la solución que me han dado es darlo por perdido o reemplazar la placa base completa para obtener un chip gráfico funcionando. Tentado he estado de comprar una placa en AliExpress por 100 euros y jugármela a que el chip llegara funcionando. También he estado tentado de vender el portátil por piezas (Wallapop está lleno de ofertas de este modelo, donde los vendedores fingen una ingenuidad del tipo de «funciona pero no se ve la pantalla, seguro que es fácil de arreglar») pero el poco rendimiento económico que iba a obtener ni siquiera daba para ayudar en la compra de otro equipo.