Hace 25 años prácticamente sólo teníamos una forma de comunicarnos: el teléfono . Cuando queríamos contarnos algo (importante) nos llamábamos y nos lo decíamos. Las ventajas que esto tenía es que al ser una comunicación síncrona, siempre estabas seguro de que la otra persona estaba escuchando tu mensaje (otra cosa es que lo entendiera, o lo entendiera mal). Ahora sin embargo tenemos algo así como 10 formas de comunicarnos a diario, y cada una vale para una misión muy concreta, Mal utilizadas pueden dar lugar a malentendidos y también con frecuencia, mosqueos y disgustos. Por otro lado, el abuso de cualquiera de estos sistemas puede dar lugar a que los destinatarios de los mensajes se sientan molestos por sentirse acosados o agobiados.
Después de reflexionar sobre esto bastante tiempo, he ideado un plan de utilización de cada uno de estos medios para optimizar su uso.
Para empezar, mi medio preferido es el teléfono. Para dar recados importantes es sin duda lo mejor por lo expuesto anteriormente. Los pros son todos, aunque no todo el mundo tiene posibilidad de hacer llamadas a coste bajo. Lo malosentendidos son improbables y es la forma más eficaz para contarse cosas, al mismo tiempo que personal. El único problema que tiene es que interrumpe al destinatario y demasiadas interrupciones no gustan, especialmente si son llamadas triviales. Por eso, cuando llamo en horas de trabajo o para llamadas largas, siempre me gusta preguntar: "¿Te pillo ocupado?" y en caso de ser así, postergo la llamada para después. Cuando es por temas de trabajo, es buena completar la llamada con un pequeño email de recordatorio si hemos solicitado algo.
El email en segundo lugar me parece lo más eficaz. Lo habitual es que las personas consulten su correo alguna vez cada día, así que para recados y avisos no-inmediatos es una herramienta eficaz. Tiene como ventaja que la información queda por escrito, así que es posible volver a consultar la información si algo se nos olvida. Por contra, no garantiza demasiado que el destinatario se entere del mensaje (conozco a algunas personas que no leen los mensajes y los contestan con un simple OK, para luego dar pie a problemas porque no se han enterado). Otra ventaja que tiene es que no es intrusivo, así que el destinatario lo puede leer cuando realmente tiene tiempo. En este caso es bueno utilizar el campo "Asunto" para dar el recado, ya que muchos de los que llevamos el email en el teléfono nos basta con verlo para saber de qué se trata.
El Whatsapp es el medio de moda y uno de los más intrusivos que existen. Es de largo alcance porque hoy en día casi todo el mundo tiene Whatsapp y se usa indiferentemente para cosas importantes como para tonterías. Sería bueno que la gente lo utilizara con responsabilidad y mesura, pero hoy en día se usa para todo. La ventaja es que no tiene restricción de tamaño ni coste, a diferencia de los SMS. Sin embargo, tiene como desventaja de que es sumamente molesto debido al poco margen que permite la aplicación para configurar las alertas, empezando porque no es posible asignar prioridades a los mensajes, y suena el molesto aviso para recados como para vanalidades (un sonido por mensaje enviado). Aunque es un medio asíncrono, mucha gente tiende a pensar de que es síncrono y que la otra parte está con el teléfono en la mano mirando el Whatsapp continuamente. No, no es así. El Whatsapp vale para dar mensajes no-inmediatos o que no exijan respuesta inmediata. Si necesitas una respuesta inmediata, recurre al teléfono. También es para mensajes más o menos breves, ya que seguir una conversación por Whatsapp es tremendamente cansado y anodino. Si tienes charlar con alguien, llámale por teléfono, y si es algo largo de contar, envíale un email o llámale. Especial atención requiere el grupo de Whatsapp, lo que yo calificaría como "Arma de cabrear masiva". Pocos grupos de Whatsapp he visto hasta ahora que sean útiles y usados de forma responsable.
Y cómo no, el Gtalk también tiene su importancia. Antiguamente GTalk y los clones de ICQ y demás eran herramientas bastante útiles. Y lo siguen siendo, pero utilizadas con mucha mesura. Suelen utilizarse para charlar, aunque su uso correcto es para cosas concretas. En realidad, si estás trabajando resulta bastante molesto que alguien te abra un chat para no decirte nada y empezar con el típicio "OLA KE ASE?" intentando entablar una seguramente larga conversación. En estos casos es preferible tirar de teléfono, ya que al menos así se evita atar a la otra persona a un teclado.
Mensajes a través de Twitter/Facebook/… Yo no los recomiendo en ningún caso, salvo que sea la única forma de contactar con otra persona. Es realmente fácil que nuestro interlocutor no los vea, bien porque tenga desactivadas las alertas de email para estos mensajes o bien porque no tenga costumbre de verlo. Además, si la otra persona te borra de Facebook o te bloquea, dichos mensajes se pierden automáticamente (al menos en el caso de Facebook). Además de que son aplicaciones para redes sociales, no de mensajería, así que es mejor usar cada cosa para lo suyo.
Whatsapp, una herramienta para usarla bien, o mal
Al Whatsapp le está pasando lo mismo que le pasó al email hace 15 años. Está siendo el vehículo de entrada a las nuevas tecnologías y a los medios de información modernos para muchos colectivos neófitos en las comunicaciones, tanto por edad (gente mayor) como por aislamiento (gente de núcleos pequeños o aislados que no habían visto un ordenador en su vida). Y por tanto se le está dando el mismo uso que se le daba al email hace 15 años. Exactamente, se utiliza para hacer el chorra. ¿Tienes un vídeo chorra? Lo mandas por Whatsapp. ¿Tiene una imagen de una tía en bolas? Por Whatsapp a toda la agenda masculina. ¿Una foto de gatos? A toda la agenda femenina ¿Un chiste? A toda la agenda. Es como un email de largo alcance. Con la diferencia de que el Whatsapp es tan intrusivo como el teléfono y te interrumpe lo que estés haciendo. Odio especialmente a la gente que no es capaz de escribir todo el mensaje de un tirón y cada 4 o 5 palabras pulsan "Enviar". De esa manera, un mensaje único puede producir 7 u 8 avisos.
"Hola!" <enviar>
"Estás ocupado?" <enviar>
"Mira, quería decirte que si quieres podemos quedar mañana" <enviar>
"Por la tarde, a eso de las 8" <enviar>
"Y así nos vemos" <enviar>
"Jajaja mola!" <enviar>
"Bye!" <enviar>
Total: 7 campanitas porculeras, dongs, doing o lo que tengas configurado.
En su lugar es mucho más adecuado:
"Oye, había pensado en que quedáramos a las 8 mañana., Cuando tengas un rato confírmame que puedes. "
En mi caso, lo que provoca el abuso de mensajes de Whatsapp es que directamente apague el teléfono o silencie el Whatsapp. Hay gente que escribe después entre molesta e indignada: "ES QUE NO ME HAS RESPONDIDO AL WHATSAPP!". Normal: estoy intentando trabajar. Si quieres una respuesta rápida, llámame por teléfono. Y si no te lo cojo, es que no puedo cogerlo. Simplemente.
Por otro lado están los que elevan al cuadrado la potencia social destructiva del Whatsapp y descubren los grupos (sí, ¡los grupos!) la forma de porculear a n personas a la vez. ¿Recordáis las listas de correo de principios de la década pasada? Pues ahora llegan las listas de correo Whatsapp. Si puedo molestar a 15 ¿por qué molestar sólo a 1? Y de pronto te incluyen en un grupo de gente que a veces ni conoces, pero que es forofa de temas que tú odias profundamente y que tienen una necesidad cuasi-obsesiva de contaminar las mentes de los demás con temas insulsos (véase "fútbol"). A diferencia de Facebook o Google+, que tienen un control bastante útil de volumen y que son aplicaciones perfectas para compartir chorradas, enlaces o imágenes, y que permiten silenciar el contenido de una sola persona, e incluso restringir por contenidos dejando sólo lo importante, Whatsapp confía erróneamente en el buen criterio del usuario, por lo que se recibe absolutamente todo lo que se manda (de hecho es lo que se espera de ella). Por otro lado, los grupos generan una cantidad de ruido espantosa, y para quedar con los amigos es fácil que generen 50 mensajes, lo que produce que si quieres consultar el lugar donde has quedado tengas que hacer varias veces scroll hacia arriba, y recorrer páginas y páginas de texto, porque el único mensaje importante ha quedado sepultado entre montañas de "jajas","jijis" y fotos de Cristianos Ronaldos haciendo el pino puente. Mucha gente se toma a mal si no participas en estos grupos o incluso cuando te borras de un grupo de Whatsapp al que tú no te apuntaste. Llegados a este punto hay quien prefiere silenciar el grupo. Yo simplemente me salgo y me borro. Es difícil hacerles entender de que quieres compartir con ellos otras cosas, pero no perder el tiempo tontamente. Sin embargo hay quien teniendo mucho tiempo, piensa que los demás también lo tienen, y ahí surge la tensión. Hace algunos años que descubrí Doodle, que para hacer quedadas es bastante eficaz y elimina gran parte del ruido en este tipo de mensajes, además de añadir claridad. Para grupos de amigos, veo mucho más potente un grupo de Facebook, que incluso permite silenciar a ese que no te cae muy allá o que genera mucho ruido.
En fin, creo que ha quedado claro que no soy fan de Whatsapp. Lo tengo porque resulta útil en determinadas situaciones, pero en la mayoría de los casos perjudica más que ayuda.
Recapitulando, estas son las herramientas más útiles según la situación:
- Recado inmediato: Teléfono o Whatsapp (si la otra persona confirma)
- Recado corto sencillo: Teléfono/Email/SMS/Whatsapp
- Recado largo o complicado: Teléfono/Email
- Quedar: Mensaje + Doodle
- Organizar un evento: Facebook
- Charlar con los amigos: Facebook/Google+
- Mandar gilipolleces de puestas de sol, jesús te ama, autoayuda, cadena de la peseta y chorradas varias: /dev/null
Evitando malentendidos
Con demasiada frecuencia he asistido a malentendidos y mosqueos por utilizar herramientas impersonales como son sistemas de mensajería o foros. Reconozcamos que generalmente los mensajes escritos son muy pero que muy asépticos. A veces, lo que empieza siendo una gracia, una broma, o un simple mensaje en un contexto muy concreto, alguien no lo entiende como tal y se china. Por eso siempre que me topo con una ocasión donde la comunicación empieza a torcerse o no queda muy claro el sentido que está tomando la conversación, prefiero hacer una llamada y evitar la posibilidad. Hay quien gusta de suavizar los mensajes con smileys, pero esto no siempre da el resultado esperado. Mi recomendación es que siempre se intente que los mensajes sean muy claros en cuanto a intenciones. Y en el caso de que seamos el lector de dichos mensajes, intentar evitar hacer lecturas erróneas o demasiado ácidas de las mismas presuponiendo en la medida de lo posible que la otra parte no ha sabido darle el tono adecuado.
En fin, espero que ahora todos tengamos más claro el uso de las tecnologías comunicativas y veamos con otros ojos al que intenta usarlas con algo de sentido común. ¡Nos vemos! (o mejor dicho, ¡nos leemos!)
Hola,
Yo he usado muchas veces Doodle para quedar con los amigos y votar dónde quedar y en que fecha. Con WhatsApp era un lío, ahora usamos una app para móvil, AmHappy, así además nos llegan las notificaciones y tenemos la información actualizada. Es totalmente gratuita y además permite realizar comentarios del evento y subir fotos. Dejo el link de la web y de Google Play por si os interesa:
http://www.amhappy.es
Goolge Play Amhappy
Un saludo.
FM.
Este comentario es un spam como la copa de un pino, y además canta mucho porque lo has puesto en nosecuantos blogs, pero como va del tema que se está tratando, lo dejo vivir. Ahora bien, no sé qué diferencia entre Doodle y este tuyo que recomiendas. Doodle me va bien ¿por qué debería usar otro?
1 2 3 responda otra vez