La Frontera y Zinkin Prim, en Sala Heineken
Después de los Zinkin Prim llegó La Frontera. Tocaron una canción entre los dos grupos y por fin llegamos a las «Siete calaveras», «las aventuras del Capitán Achabán» y clásicos como «El Límite». Con la misma cara de fumaos que siempre, y con el ritmo en la sangre, a compás de 2×4. Grupos como estos demuestran que se puede vivir tocando los éxitos de siempre (pero haciendo conciertos, no como un tal Ramoncete que «dice» que fue grande hace tiempo, pero nadie ha podido comprobarlo aún). La Frontera aún es bien recibida en los festivales de rock y sabe como animar un buen concierto.
Y por desgracia, la cosa terminó antes de lo previsto, porque los de la Sala Heineken dijeron que al empezar más tarde se había ido el tiempo y había que cerrar. No nos gustó pero como La Frontera decidió terminar, la cosa quedó así. En ese sentido me gusta más Loquillo, que cuando le pasa eso dice «mis conciertos los termino yo» y toca hasta donde tenía pensado hacerlo.
Jarabe de Palo
Del concierto puedo decir que fue emotivo, ya que éramos pocos y parecia un concierto de amiguetes. El escenario de la sala Heineken es más bien reducido, y aún así Pau Donés supo aprovecharlo al máximo. La percusión y sobre todo, el órgano, es lo que más vida le dio al concierto y en definitiva, lo pasamos muy bien. Hicieron un repaso a los viejos éxitos y tocaron practicamente todo el nuevo disco.
Salimos bastante contentos de este concierto … si.
Hoy no me puedo levantar, en el Teatro Rialto/Movistar
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De la obra se puede contar bastante. Dura mucho tiempo, y la verdad es que no se hace largo, o no al menos para todo lo que engloba. La historia está muy bien hilada, y hace un recorrido por toda la discografía de Mecano, con adaptaciones y medleys de toda la trayectoria del grupo. El escenario está dividido en dos partes y en algunos momentos se desarrolla la acción en ambos a la vez. En este sentido he de decir que el teatro Rialto no está preparado para un musical de estas características, ya que es demasiado estrecho. Donde se ve bien la obra es abajo, y cualquier butaca de la parte superior (quitando las dos primeras filas) se ve regular. Sin embargo las entradas son bastante caras, incluso teniendo en cuenta que se trata de un musical. El teatro ha sido remodelado, pero me da la impresión de que ha sido remodelado a peor, con la intención de meter más butacas, no de mejorar la experiencia del visitante.
A ambos lados, hay dos cabinas con dos músicos (un chico y una chica). El chico toca la trompeta y algunos instrumentos más, mientras que la chica toca la batería.
Sin embargo, y aunque todo era muy espectacular, no daba mucha sensación de estar escuchando música en directo. De hecho es obvio que las dos personas que estaban con los instrumentos no podían hacer todos los sonidos, pero es que incluso la voz de los actores no venía del escenario, y no sólo eso, tampoco tenía altibajos. Vamos, que el musical, muy bonito, pero era más un espectáculo de luz y sonido que un musical. Es una pena, porque los actores trabajaban realmente bien, y creo que los altavoces no dejaban disfrutar de todo su potencial en el escenario. La parte de los diálogos era lo mejor, y cuando llegaban las canciones, lo dicho: sonaban demasiado bien para ser interpretadas allí mismo.
En cualquier caso, si tenéis oportunidad de ver este musical os lo recomiendo, sobre todo si habéis nacido en los 70 o alrededores, o si habéis disfrutado de los 80. Aunque sólo sea por los recuerdos que os evoque, valdrá la pena.
A continuación, un pequeño vídeo de la obra para que os hagáis una idea.
Gorda
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La obra representa la lucha interior de Toni (Luis Merlo) por seguir con Elena (Tete Delgado). Toni es un simplón, un tipo que está todo el rato pendiente de lo que los demás opinan de él. Un tipo sin personalidad propia, como hay a patadas por el mundo. Elena no tiene prejuicios ni tabúes, ni por dentro ni por fuera. Ambos se encuentran y Toni decide probar suerte y entrar en el mundo de Elena, donde las etiquetas desaparecen y sólo quedan las ideas y la personalidad. Y es cuando se da cuenta de que él, por mucha que quiera no está hecho para eso.
La vimos en el Teatro Alcázar y la entrada sólo costó 10 euros. Una buena oportunidad para ver a estos dos actores en acción.