Lo sé. El título de este post es muy explícito y simple. Y es más o menos la manera de expresar mi desagrado tras año y medio de utilizar Windows 8 y Windows 8.1. Lo he instalado en varias máquinas, con diferentes configuraciones, propósitos y para diferentes entornos (admin. sistemas, DBA, desarrollador, usuario ocasional de Internet y ofimática). Y mis impresiones no pueden ser peores en todas ellas. Sospecho que el único entorno donde Windows 8 tiene algún sentido es con una tableta. Y no estoy del todo seguro.
¿Por qué odio Windows 8?
Puedo extenderme muchísimo en esta respuesta. Pero fundamentalmente se resume en que, en esencia, no hace nada que no haga ya Windows 7. La única justificación que puede haber es alguien que utilice un procesador de varios núcleos y quiere usar el hipervisor Hyper-V. En cuyo caso le recomendaría que montara una máquina aparte con Windows 2012 y se dejara de historias. Porque cargar con todo lo demás sólo para eso, es tontería. Sin embargo, hay muchas cosas que XP y 7 las hacían muy bien y que Windows 8 se las carga de manera radical.
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