Por fin aprueban el Real Decreto de la TDT de pago

Pues la cosa llevaba haciéndose esperar unos cuantos meses. Meses en los que no ha quedado muy claro en que se ha invertido el tiempo, pero sí en lo que no se ha invertido. Y a 8 meses del apagón analógico definitivo, resulta que por fin surge el esperado Real Decreto. Teniendo en cuenta que en España somos unos artistas en eso de hacer las cosas a última hora, no me preocuparía, pero sin embargo, si me preocupa que este tipo de cosas ocurran en verano, y más concretamente, en agosto. Otros veranos ya hemos podido ver cosas tan interesantes como varios intentos de colar las patentes, o intentos de reformas de la Ley de Propiedad Intelectual. Que tendrá el verano para que algunas leyes impopulares surjan en esta época.

 

Pero las implicaciones del retraso de esta ley, son mayores de lo que uno podría pensar. Y no tanto por lo que está por llegar, sino por lo que ha sido. Me explico: en algunos lugares de España el apagón analógico ya se produjo: eso se traduce en que los habitantes de esas zonas se han visto obligados a comprar un receptor de TDT si querían seguir disfrutando de la TV. Evidentemente. Pero … ¿qué ocurre con esos receptores ahora que hay una nueva ley y que por fin se sabe como va a ser la señal de la TDT? Aaaaayyy amigo, ahí está el quid de la cuestión. Esos receptores no sirven para captar la nueva señal, hay que comprar otro. Y esto es algo que ya se veía venir, y que el gobierno ha ocultado (o al menos, se ha callado en los momentos en que debía aclararlo). Y esa es una inversión que debe costear el ciudadano de a pie. Que sí, que si es el quien va a ver su tv, debe ser él quien haga el gasto, pero lo que no es de recibo es que tenga que estar comprando un receptor nuevo cada vez que la señal cambie. ¿Cuantas personas conocéis que durante los 4-5 últimos años sólo hayan tenido un receptor? Yo no conozco a nadie, pues son aparatos de muy baja calidad, con muy malas soldaduras y nula ventilación. En las ciudades aguantan un poco más, pero en los focos costeros o donde hace bastante calor, petan que da gusto. El primer pete, lo cubre la garantía, pero los siguientes ya exceden de los dos años de vida del aparato, con lo que el propietario debe apoquinar y subvencionar la compra del siguiente aparato. Y como suele ocurre en estas cosas, a mar revuelto, ganancia de pescadores. Los fabricantes de TDTs están de surte: nunca soñaron con vender hasta 4 veces el mismo aparato a la misma familia. 40 Euros que vale el susodicho multiplicado por 4, nos sale que como minimo, cada familia ha gastado 160 euros (por residencia en poder disfrutar de la TV). Alguna familia solo habrá usado un par de receptores, pero en nuestro caso, ya llevamos 5 mis padres, y 2 en nuestro caso, lo que salen 7 en dos familias (7×40=280 Euros). Y lo más cachondo es que es por seguir recibiendo el mismo servicio que se recibía hasta ahora.

 

Hace 15 años podíamos ver la tv sin ningún aparato salvo la antena, y hoy por hoy, seguimos teniendo el mismo servicio, pero pagando un recargo de 40 Euros/casa/año para poder la tele. Y dicho sea de paso, la tv digital, que se nos había vendido como la Purga Benito, tiene bastante que envidiar a la TV analógica. Entre las pocas ventajas de la TV digital es que emite en dual, algo que ya hacía La 1 o Telemadrid, entre otras cadenas. Pero lo peor, es que la señal viene demasiado comprimida, y en algunas cadenas se ven puntos como puños, digna de cualquier película screener grabada en un cine a pulso. Así que hemos ganado un poco y hemos perdido mucho. Pues vaya negocio. Y mientras tanto nos están vendiendo las television HD Ready y Full HD con tropecientas líneas de definición. Que digo que para qué servirán, salvo para ver esos puntos aún más gordos. Es decir, que esas televisiones son útiles sólo si vemos el DVD, pero con el TDT no sólo no mejorará el visionado, sino que sus defectos se verán aún más exagerados. Y ya que hablamos de esas televisiones, es muy común que en los últimos años vinieran equipadas con TDT incoporado. Je. Je je. ¿Y ahora que hacemos? Pues nada, te aguantas y te compras un aparatito externo como los demás. ¿Que has pagado 300 Euros más en tu TV para tener el TDT integrado? Ahhh mala suerte. Nuestro modelo de TV cuando lo compramos costaba 1.300 Euros sin TDT y 1.600 con TDT. Mismo aparato con las mismas prestaciones, sólo con esa única diferencia (hablo de hace 3 años). Por suerte tuve la certeza de que algo como lo que ha ocurrido tenía que suceder, y no cedí ante la presión de los comercios, que insistían en venderme el modelo con TDT incorporada sin dejarme opción a coger el modelo que no lo tenia, con la excusa de que era por mi bien.

Y por último, tengo que mencioar que el Ministerio de Industria ha estado financiando los TDTs que se han vendido hasta hace dos meses. Tiene gracia que la fecha límite para acogerse a esa subvención estuviera bastante lejos con la fecha en la que finalmente se ha aprobado la TDT de pago. Ergo, de que sirve patrocinar la compra de un aparato que está condenado a morir en dos meses. También, muy typical spanish.

Esperemos que no haya muchas enmiendas y que al menos técnicamente sí tengan claro como acometer el tema.

Crean un software que autodestruye la información personal en internet

La noticia en sí resulta curiosa y chocante a la vez, pues cualquiera puede pensar lo sencillo que resulta borrar información (a veces de manera involuntaria incluso). Sin embargo, ojo al matiz del título: «En Internet». Al principio de ver el titular y leer un poco el artículo, pensé que se refererirí a que alguien había desarrollado un mecanismo para ocultar información personal de alguien en Internet (una información que ya se encuentra en muchos servidores y que resultaría muy difícil eliminar de todos ellos, como información de un personaje público). Cuando quieres borrar una cosa tienes dos formas de hacerlo: o quitar esa cosa en concreto para que no se vea (suponiendo que puedas, que no suele ser el caso) o ahogarla en un mar de información para que su presencia pase inadvertida.


En este caso, no se trata más que de una herramienta que es capaz de enviar mensajes codificados y que para su descodificación necesita del apoyo de algunos servidores P2P que son capaces unicamente de proporcionar dicha clave durante un periodo de tiempo determinado. Sin embargo, nada impide coger el mensaje en cuestión una vez descifrado y copiarlo en otro lado. Es decir, que estaríamos hablando de un certificado digital con caducidad en su validez, por decirlo de alguna manera que se entienda.


Ya se me había hecho la boca agua.


Vía Tendencias21.

¿Qué pasaría si tu madre pudiera llamarte todo el tiempo?

Cuando he visto esto … no puedo describir lo que he sentido. ¡¡Es como si estuvieran describiendo mi historia!!

Cierto que esta señora del video no se parece en nada a mi madre … pero dice las mismas cosas.

Llevo 10 minutos buscando las cámaras ocultas, y aunque no las veo, sé que tienen que estar …

Gestiones por Internet

Al hilo del post del otro día donde comentaba algunas gestiones que se podían hacer desde Internet mediante certificado electrónico, voy a hacer una recopilación de todas aquellos trámites que se pueden hacer sin salir de casa.
 
Algunas necesitan certificado, mientras que otras necesitan sólo el número del DNI y algunos datos precisos sobre la gestión a realizar. A medida que vayan apareciendo más, se irá ampliando este artículo. Y si alguien sabe más, sólo tiene que añadirlos en los comentarios.

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El Ministerio de Industria, la LSSI y la SGAE

Pues finalmente ya empezamos a ver para qué sirve eso de la LSSI que vimos entrar en juego hace algunos años en tiempo de Piqué. La SGAE no tiene nada mejor que hacer que seguir en su campaña de cuasi-extorsión y caciquismo buscando aquellos que bajo su muy particular y discutible criterio no pasan por caja debidamente. Poco parece importarle que los denunciados usen música copyleft, o simples enlaces a otras webs, cosa que la LSSI sí permite sin que eso suponga delito alguno. Parece una campaña desesperada y suicida para obtener por la vía civil lo que no han conseguido por la vía penal (recurso ya agotado, pues cualquier juez en cuanto les ve venir con la cantinela de siempre, falla automáticamente en su contra a tenor de los últimos juicios celebrados). Y es que, como todos sabemos, hay maneras, y maneras, de hacer las cosas. El juego limpio nunca ha sido una característica de la SGAE, como injustas eran sus demandas y pretensiones desde el principio.




Resulta curioso, leyendo algunos sitios que han recogido la noticia, como la SGAE intenta justificarse intentando quitarle hierro al asunto, con argumentos endebles y faltos de sinceridad, tales como hablar de «puestas en conocimiento» en lugar de denuncias, aunque el real decreto 1398/1993 habla precisamente de ley como puesta en conocimiento. Y como esa, todas. No hay peor cosa que ir de lobo intentando parecer víctima. Por suerte, están metidos en el ajo tanto Carlos Sánchez Almeida como David Bravo. Digo por suerte, porque cuando uno coge para estos casos a un abogado poco preparado en propiedad intelectual o derecho de Internet, es fácil caer vencido sin saber ni como defender una causa que se defiende por si sola, precisamente por carecer de pruebas por parte de la acusación (que intenta colgar el mochuelo a la defensa y que sea esta la que tenga que demostrar su inocencia, siendo al contrario) y por ir no hacer una interpretación justa y real de lo que dice la ley, que aunque en otros aspectos no es clara, en estos sí lo es, y establece claramente lo que es piratería de lo que no, y lo que es un contenido y lo que es un enlace al contenido. Sin embargo la SGAE suele intentar confundir al juez mezclando todos los términos a la vez, y aprovechándose de que el juez que instruye el caso no suele distinguir estos conceptos por ser relativamente modernos.

Y hecha esta introducción, hagamos un análisis de los beneficios que ha tenido en la sociedad todas esas ventajas que brindaría identificar al prestador de los servicios. En los inicios de la ley, la primera medida que provocó la aparición de dicha ley fueron protestas por parte de los internautas (que Piqué convenientemente desoyó) y el cierre de algunas webs como rechazo, webs que no han vuelto a abrir desde entonces. Pero todo sea por terminar con los timos de las melodías de los móviles y los servicios de marcación especial. Si eso se hubiera conseguido, el esfuerzo hubiera valido la pena … pero tampoco. Hoy la gente sigue recibiendo costosos SMS sin desearlo, sigue recibiendo spam en sus cuentas de correo, y sigue habiendo multitud de timos con el teléfono móvil de protagonista. De hecho, los que ya no operan con timos y falsas promociones en Internet no es porque se hayan cansado, es porque han visto en los falsos concursos de TV un filón mucho mayor y más limpio, y fuera del ámbito de la LSSI, por lo que pueden seguir haciendo su agosto.

Recapitulando pues, de nada ha servido este aspecto de la LSSI. De momento, no protege nada ni a nadie, y pocos beneficios ha aportado. Y ahora vamos a la parte negativa. ¿Qué nos ha quitado? ¿en qué nos ha perjudicado? Pues muchos dirían: «en nada». Y no les faltaría razón. Pero desde el principio he tenido la sensación de que la LSSI era una especie de comodín que usar cuando no hubiera forma de meterle mano a una web por otro lado. Y no me he equivocado. A la SGAE se le han terminado el resto de cartas, y ha decidido hacer uso de los comodines, que en cierto sentido no son más que argumentos ad-hominem. Como no puedo rebartirte tu derecho a tener música copyleft, te voy a denunciar por la LSSI. Yo no sacaré nada, pero a ti te fastidio, para que veas quien soy. Y de paso me saco tus datos por la patilla, dejando al estado que haga el trabajo sucio. Y es aquí cuando se empieza a ver la verdadera (y me atrevería a decir que también única) utilidad de este aspecto de la LSSI. Porque cuando una web es denunciada por vulnerar la LSSI, lo lógico sería que en primera instancia se le amonestara, dándole un plazo de 15 días para corregir aquellos datos no recogidos en la web del denunciado (caso de ser necesario, ya que no siempre lo es). Pero en lugar de eso, pasamos directamente al plato fuerte, el de las multas. Y es que las multas no son cosa baladí. En los casos que se están viendo estos últimos días, la cosa anda entre los 900 y los 1500 Euros. Joder con el tirón de orejas, me sale más a cuenta delinquir y robar algo. La multa desde luego sería mucho inferior y no tendría ni que ir a juicio. Pero esto es como siempre, el país del Lacasito, donde el que hace mucho paga poco y viceversa.

El aspecto moral de esta manera de obrar es, a todas luces, bajo e indignante. Es equivalente a pedirle una navaja a tu adversario para después clavársela. No tiene justificación ninguna, y a la SGAE tampoco parece importarle el daño económico tan fuerte que le hace a sus perseguidos con tal de salirse con la suya. Si la gestión de la SGAE está en entredicho, su forma de recaudar dinero no dista mucho de la del sheriff de Nottingham en Robin Hood.

Yo no estoy nada de acuerdo con la aplicación tan laxa que se hace hoy en día del derecho a copia privada. que también se pensó inicialmente para proteger al individuo y al final ha desembocado en un claro abuso, pero viendo como las gastan los autodenominados defensores de la cultura, tampoco podría criticar demasiado a los primeros por pensar que viven en Antigua y que todo es «atacar, saquear y robar como una comadreja hasta reventar» (Jack Sparrow dixit). Tan reprochable me parece pasarse por el arco del triunfo las licencias y métodos de difusión del autor como el de censurar cualquier contenido «porque yo lo valgo» (posiblemente el lema de la SGAE propuesto para 2010). Si echamos la vista atrás e intentamos ver quien empezó con este tinglado, quien lanzó la primera piedra, no queda duda de que fue la industria del ocio, la que de forma unilateral y obligada forzaba al consumidor en los años 80 a pasar por el aro tantas veces como fuera necesario. ¿Que se te ha roto tu vinilo? Te lo compras otra vez. ¿Que se te ha rayado? Te lo compras otra vez. ¿Que sale el mismo disco con más canciones? Te lo compras otra vez. ¿Que ahora viene con las letras de canciones? Te lo compras otra vez. ¿Que quieres llevar una copia en el coche y tener otra en casa? Obviamente, te lo compras otra vez.

Este maltrato constante al cliente desembocó a que cuando la tecnología estuvo al alcance de todos (primero con las pletinas y luego con las grabadoras de cd) ya no pasaba por caja ni el Tato. ¿Qué había hecho la industria por nosotros? ¿Cuando nos había respetado? La venganza vino con justicia y rapidez. Los contenidos empezaron a fluir a lo grande. Y eso que aún no existía Internet como lo conocemos ahora, pero daba igual, porque los contenidos pasaban de mano en mano. Como todos dábamos por sentado que al autor no le llegaba prácticamente nada de cada disco vendido y que la diferencia entre comprarlo o no para el autor era mínima, se impuso como forma de remuneración asistir a los conciertos, en los que parecía que por un lado el artista se lo curraba y por otro, le llegaba más dinero de cada venta que vendiendo discos. Los grupos que se lo montaron bien e hicieron giras, sacaron (y sacan) bastante dinero. Y es que a la gente le gusta la música en vivo, y ver que a cambio de su dinero están recibiendo algo único, y con un trabajo real del artista comprobable. Y he aquí que se elimina al intermediario (SGAE y discográficas, pero más la SGAE). Y al intermediario no le gusta que le releguen, aunque sea consciente de que no aporte absolutamente nada a ninguna de las dos partes de la transacción. Lo importante es seguir. Así que empiezan las denuncias a conciertos y festivales. Al principio de forma aislada y más o menos silenciosas. Pero con la sucesión de varias meteduras de pata seguidas (cobro de festivales benéficos, destinados a asociaciones de discapacitados y otras causas igualmente loables, así como fiestas populares) la SGAE empieza a hacer bastante ruido y a volverse completamente impopular. Para lavar su imagen incluso llegaron a acudir a Gomaespuma, quienes les entrevistaron para darles oportunidad de explicar su chiringuito. Y no pudieron, ya que hay cosas que no se pueden explicar porque sencillamente, no son explicables.

Desde entonces hasta hoy el camino de la SGAE ha sido cuesta abajo. Hace algunos años decidieron renunciar a la popularidad, viendo que era un campo perdido completamente y se lanzaron a hacer dinero dando igual la forma o el método (total, si ya somos malos, para qué esconderse). Algunas técnicas de disuasión aplicadas a locales y hosteleros superan ampliamente el acoso. Cualquiera que haya hecho tratos o negocios convendrá con que no es buen método para establecer una buena relación comercial empezar hostigando a la otra parte. Eso hace que la relación empiece con mal pie. A no ser que no nos importe para nada lo que piense la otra parte, sino solamente su dinero (vuelvo a lo del sheriff de Nottingham).

Antes he mencionado a Carlos Sánchez Almeida y a David Bravo. Carlos Sánchez Almeida para mí es alguien bastante respetado y con bastantes razones para ello, pues ha hecho más bien por la seguridad y libertad de los internautas y usuarios de ordenadores. Desde hace muchos años se ha dedicado a defender personas en juicios (de hecho, nunca le he visto como acusación, siempre como defensa) y siempre ha logrado desmontar a la acusación con brillantes argumentos que en ocasiones rozan lo perogrullesco para alguien que aplique la lógica, pero que al juez se le suelen escapar, por pertenecer al dominio de lo informático.

De David Bravo, tengo un sabor agridulce. Es una de cal y otra de arena. Hubo un tiempo en que se dejaba ver demasiado en televisión y prensa, más o menos en la línea de Víctor Domingo, pdte de la Asociación de Internautas. Aunque no se puede negar que a Víctor le entusiasman las cámaras más que a un tonto un lápiz, digamos que se lo perdonaba porque se trataba de la cara visible de la AI, y para una asociación siempre es bueno que su representante se deje ver mucho y que cope los micrófonos siempre que pueda. En el caso de David, me dio la impresión de que durante unos años también se esforzaba demasiado por hacerse el núcleo de las cámaras y de darse un poco de bombo, promocionándose a si mismo como el abogado de las causas sobre derechos de autor e Internet. Tanto esfuerzo en hacerse publicidad no me hacía mucha gracia, desde el punto que es la misma técnica que usa Enrique Dans. Sin embargo he de reconocer que David hace un gran trabajo, y como abogado no sólo es bueno, sino que tiene labia para exponer sus argumentos. Así que tiene un lado mejor y otro peor. Intentaré quedarme con el mejor.

Y ya está. Hoy tocaba artículo de opinión y ensayo. A los que hayáis llegado hasta el final, enhorabuena.